Tres especies específicas de moho fueron más comunes en los hogares de los bebés que más tarde desarrollaron asma. El hallazgo destaca la importancia de prevenir el daño causado por el agua y el crecimiento de moho en los hogares con bebés.
Más de 6 millones de niños en los Estados Unidos tienen asma. Se sabe que los genes desempeñan un papel, al igual que el entorno doméstico. El asma infantil se ha relacionado con el moho en interiores que crece en el hogar de un niño como resultado de problemas de humedad, como fugas de agua. Sin embargo, la conexión entre el moho y el asma es complicada y no se entiende completamente. El asma a menudo se asocia con alergias, y el moho se propaga al liberar pequeñas esporas en el aire, que pueden causar reacciones alérgicas.
Un equipo dirigido por el Dr. Tiina Reponen, de la Universidad de Cincinnati, ha estado investigando la relación entre el moho y el asma infantil. Entre 2001 y 2003, recogieron muestras de polvo de 289 hogares con bebés de un promedio de 8 meses de edad. A los 7 años, los niños se hicieron pruebas cutáneas de alergia y pruebas para detectar asma. El estudio fue financiado por el Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental (NIEHS) de los NIH, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos y la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA).
Los investigadores analizaron las muestras originales de polvo doméstico en busca de concentraciones de 36 especies diferentes de moho. Los moldes están en el Índice de Moho Relativo Ambiental, o ERMI, que fue desarrollado por la EPA para medir el grado de moho de una casa.
En la edición de agosto de 2012 del Journal of Allergy and Clinical Immunology, el equipo informó que 69 de los niños (24%) habían desarrollado asma. La puntuación ERMI de la casa de un bebé predijo si el niño tendría asma a los 7 años. Los valores de ERMI oscilan entre aproximadamente -10 y 20. Para un aumento de 10 puntos en la ERMI, el riesgo de asma de un niño aumentó un 80%. Tres especies particulares de moho se asociaron más con el asma: Aspergillus ochraceus, Aspergillus unguis y Penicillium variabile.
El equipo de inspección del hogar también buscó y olió en busca de evidencia de moho. A veces, incluso los hogares sin signos de moho tenían valores altos de ERMI y resultaban en el desarrollo de asma. Otros estudios han demostrado que muchos hogares con valores altos de ERMI tienen problemas de moho no detectados y que remediarlos mejora el asma de los niños.
La asociación entre el trío de mohos y el asma no prueba que los mohos causen asma por sí solos. Pero sí proporciona pruebas sólidas de que el moho en interiores puede contribuir al desarrollo del asma. «Esto enfatiza la necesidad urgente de remediar el daño causado por el agua en los hogares, particularmente en las comunidades urbanas de bajos ingresos, donde este es un problema común», dice Reponen.