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Los signos de la enfermedad de cuerpos de inclusión (EII), que se encuentran en las especies de boa constrictora y pitón, pueden incluir regurgitación periódica o crónica, temblores en la cabeza, desprendimiento anormal, anorexia, fosas nasales obstruidas y neumonía. La enfermedad puede evolucionar rápidamente a signos del sistema nervioso, como desorientación, alzado con corchos de la cabeza y el cuello, sostener la cabeza en posiciones anormales y no naturales, rodar sobre la espalda o observar las estrellas.

Las estrategias actuales para el control de la EII incluyen la identificación y el aislamiento de las serpientes afectadas, pero hacer un diagnóstico definitivo de la EII en un animal vivo puede ser un desafío. Las serpientes infectadas pueden seguir alimentándose y comportarse normalmente, y pueden infectar a otras serpientes antes de desarrollar signos clínicos de enfermedad y enfermedad crónica. La prevalencia de la enfermedad infecciosa EII subclínica en serpientes antes de este estudio no se comprendía bien.

«Además de desarrollar pruebas de diagnóstico para la EII, un hallazgo importante en este estudio es la naturaleza subclínica de la EII», dijo el Dr. Elliott Jacobson, uno de los autores de los artículos y miembro de la facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Florida. «Muchos constrictores de boa aparentemente sanos no solo tienen el virus reptarenovirus, que se considera el agente causal, sino que también tienen EII subclínica.»

Investigadores de la Universidad de Florida, en colaboración con la Universidad Estatal de Colorado y la Universidad de California, San Francisco, buscaron comprender la prevalencia de la enfermedad en poblaciones de serpientes cautivas utilizando técnicas de tinción celular inmunohistoquímicas de rutina y especializadas. El equipo de investigación probó 131 serpientes y determinó que el 19 por ciento de su población de estudio tenía enfermedades de cuerpos de inclusión. En serpientes positivas para EII, el 87 por ciento estaban clínicamente sanas.

También se analizaron muestras de sangre de un subconjunto de estas serpientes mediante reacción en cadena de la polimerasa. Las técnicas de tinción rutinarias y especiales mostraron que había una buena concordancia entre la presencia de reptarenavirus en las células sanguíneas y la EII positiva.

Para los administradores de grandes colecciones de reptiles, saber que las serpientes infectadas pueden ser asintomáticas es importante para el cuidado y el bienestar de toda la colección. La EII es una enfermedad incurable y puede causar enfermedades significativas en animales infectados. Comprender las tasas de prevalencia, así como tener una prueba de diagnóstico confiable, es fundamental para la preservación, el manejo y el bienestar de estos animales. Los resultados de este estudio pueden informar las estrategias de manejo de las colecciones de serpientes para reducir la EII y ayudar a los equipos veterinarios a mantener la salud de los animales a su cuidado.

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