Esta enorme riqueza biológica está gravemente amenazada. Las cifras publicadas en 2003 por el IBAMA, el Instituto Brasileño de Protección Ambiental, muestran que una proporción muy alta de todas las especies en peligro de extinción en el país se encuentran en el Bosque Atlántico. De los 69 mamíferos en grave peligro de extinción de Brasil, 38 provienen de la Selva Atlántica, al igual que 18 de las 160 aves en peligro de extinción y 13 de las 20 especies de reptiles en peligro de extinción. Hay 21 especies y subespecies de monos que se encuentran en el Bosque Atlántico, de los cuales 14 están en peligro de extinción, 13 son endémicos y algunos están al borde de la extinción. Una de las poblaciones más grandes del Muriqui del Norte, o Mono Araña Lanudo, (el primate neotropical más grande y en mayor peligro de extinción) se encuentra en los bosques de la Serra do Brigadeiro cerca de Iracambi.
Escuchamos mucho sobre la destrucción de la Selva Amazónica, pero el hecho es que la difícil situación de la Selva Atlántica es mucho más crítica. El 20% de la Selva Amazónica se ha ido, pero entre 90-93% del Bosque Atlántico, ha desaparecido, junto con las especies que solía vivir allí. La tasa de deforestación sigue siendo sumamente alarmante. En 1998 el Bosque Atlántico fue declarado patrimonio nacional. El gobierno prohibió la tala de bosques, pero la destrucción continúa.
Este proceso de deforestación ha dejado el Bosque Atlántico en Minas Gerais severamente fragmentado. Al volar sobre el estado, verá un mosaico de parches de bosque, no la vasta franja de bosque que vería en el Amazonas. El Parque Estatal Serra do Brigadeiro, de 15.000 hectáreas, en cuya zona de amortiguamiento vivimos, es una de las áreas forestales sobrevivientes más grandes e importantes del estado.
De la teoría de la biogeografía de islas sabemos que cuanto más pequeño sea el fragmento de bosque, menos especies podrá sostener, y que a medida que los fragmentos se hacen más pequeños, la pérdida de especies aumenta. La consecuencia importante de esto para Iracambi es que debemos hacer todo lo posible para garantizar que se detenga el proceso de fragmentación y que se restaure el bosque. Nuestra primera prioridad en la conservación de la biodiversidad es prevenir la pérdida de hábitat y aumentar el tamaño de los fragmentos, mediante la creación y gestión de áreas protegidas, la plantación de enriquecimiento y la reforestación de tierras forestales degradadas.