El vínculo entre la apnea del sueño y el accidente cerebrovascular es asombroso, incluso en aquellos que sufren de apnea del sueño leve. Dependiendo de la gravedad de la apnea del sueño (leve, leve a moderada o grave), una persona que padece la afección puede dejar de respirar docenas o incluso cientos de veces cada noche.
La gravedad de la apnea del sueño se determina durante un estudio del sueño utilizando una escala llamada índice de apnea–hipopnea (IAH), que mide el número de disminuciones en el flujo de aire mientras duerme. Estas disminuciones en el flujo de aire se producen cuando las vías respiratorias se colapsan y cortan temporalmente la respiración, reduciendo el oxígeno en el torrente sanguíneo durante el sueño.
Las consecuencias de dejar cualquier forma de apnea del sueño sin tratar representan amenazas graves para su salud, incluido un accidente cerebrovascular. No dejes que la palabra «leve» te haga sentir que puedes ignorar esta afección. El accidente cerebrovascular es un riesgo real para todas las personas que sufren de apnea del sueño, especialmente los hombres. El riesgo de accidente cerebrovascular puede duplicarse en hombres con apnea leve del sueño y triplicarse en hombres con apnea moderada del sueño.
Los accidentes cerebrovasculares tienen una amplia gama de efectos que afectan la calidad de vida de una persona. Dado que el cerebro es complejo, los efectos de un accidente cerebrovascular pueden ser diferentes, según el área específica del cerebro afectada. Las complicaciones del accidente cerebrovascular incluyen problemas de visión, problemas del habla, pérdida de memoria, cambios de comportamiento y parálisis en el lado izquierdo o derecho del cuerpo. Además, aquellos que tienen apnea del sueño y sufren un accidente cerebrovascular pueden recuperarse más lentamente y con menos éxito durante las primeras etapas de la recuperación.
El accidente cerebrovascular es solo uno de los riesgos relacionados con la apnea del sueño. Otras afecciones graves como la diabetes, las enfermedades cardíacas y la presión arterial alta también están asociadas con la apnea del sueño.