Oraciones a San Miguel (Fiesta: Septiembre 29)

Imagen de cabecera de oración de San Miguel

  • Novena de San Miguel
  • Breve Oración de Exorcismo a San Miguel
  • Consagración a San Miguel
  • Coronilla de San Miguel

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San Miguel Novena (Digamos nueve días consecutivos)

San Miguel Arcángel, leal campeón de Dios y de Su pueblo católico, me dirijo a ti con confianza y busco tu poderosa intercesión. Por el amor de Dios, que te ha hecho tan glorioso en gracia y poder, y por el amor de la Madre de Jesús, la Reina de los Ángeles, te complazco escuchar mi oración.
Tú conoces el valor de mi alma a los ojos de Dios. Que ninguna mancha del mal desfigure su belleza. Ayúdame a conquistar al espíritu maligno que me tienta. Deseo imitar tu lealtad a Dios y a la Santa Madre Iglesia y tu gran amor a Dios y a los hombres. Y puesto que eres el mensajero de Dios para el cuidado de Su pueblo, te encomiendo esta petición especial: menciona aquí tu petición.
San Miguel, puesto que tú eres, por la voluntad del Creador, el poderoso intercesor de los cristianos, tengo gran confianza en tus oraciones. Confío sinceramente en que si es la santa voluntad de Dios, mi petición será concedida.
Reza por mí, San Miguel, y también por los que amo. Protégenos en todos los peligros del cuerpo y el alma. Ayúdanos en nuestras necesidades diarias. A través de tu poderosa intercesión, que podamos vivir una vida santa, morir una muerte feliz y alcanzar el Cielo donde podamos alabar y amar a Dios contigo para siempre. Amén.

Breve Oración de Exorcismo a San Miguel-por el Papa León XIII

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestra protección contra la maldad y las trampas del diablo. Que Dios lo reprenda, oramos humildemente; y tú, oh Príncipe de las huestes celestiales, por el poder de Dios, arroja al Infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos que merodean por el mundo buscando la ruina de las almas. Amén.

Consagración a San Miguel

San Miguel Arcángel, Príncipe invencible de las huestes angélicas y glorioso protector de la Iglesia universal, te saludo y te alabo por ese esplendor con el que Dios te ha adornado tan ricamente. Doy gracias a Dios por las grandes gracias que te ha otorgado, especialmente para permanecer fiel cuando Lucifer y sus seguidores se rebelaron, y para luchar victoriosamente por el honor de Dios y la Divinidad del Hijo del Hombre.
San Miguel, te consagro mi alma y mi cuerpo. Te elijo como mi patrono y protector y confío la salvación de mi alma a tu cuidado. Ser el guardián de mi obligación como hijo de Dios y de la Iglesia Católica como nuevo renuncio a Satanás, a sus obras, y faustos.
Ayúdame por tu poderosa intercesión en el cumplimiento de estas sagradas promesas, para que imitando tu valor y lealtad a Dios, y confiando en tu amable ayuda y protección, pueda ser victorioso sobre los enemigos de mi alma y estar unido con Dios en el Cielo para siempre. Amén.

Coronilla de San Miguel

Esta coronilla fue regalada por San Miguel a la monja carmelita portuguesa Antonia d’Astonac. Fue aprobado por el Papa Pío IX y comienza con un acto de contrición. Luego hay nueve saludos, uno para cada coro de ángeles. A cada uno le siguen un Padrenuestro y tres Avemarías. Luego se dicen cuatro Padrenuestros, uno honrando a los Santos Miguel, Gabriel, Rafael y el Ángel de la Guarda. La coronilla concluye con una oración a San Miguel.

Acto de contrición:
Oh, Dios mío, siento de corazón haberte ofendido, y detesto todos mis pecados, porque temo la pérdida del cielo y los dolores del infierno; pero sobre todo porque te ofenden, Dios mío, Que todos son buenos y merecedores de todo mi amor. Yo firmemente, con la ayuda de Tu gracia, confesar mis pecados, hacer penitencia y enmendar mi vida. Amén.

La oración comienza:
Oh Dios, ven en mi auxilio. Señor, apresúrate a ayudarme.

Gloria al Padre…. sucesivamente.

Luego rece un ‘Padre Nuestro’ y tres ‘Avemarías’ después de cada uno de los siguientes nueve saludos:

  1. Por la intercesión de San Miguel y del Coro celestial de Serafines, que el Señor nos haga dignos de arder con el fuego de la caridad perfecta. Amén.
  2. Por intercesión de San Miguel y del Coro celestial de Querubines, que el Señor nos conceda la gracia de dejar los caminos del pecado y correr por los caminos de la perfección cristiana. Amén.
  3. Por intercesión de San Miguel y del Coro celestial de Tronos, que el Señor infunda en nuestros corazones un verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén.
  4. Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de Dominios que el Señor nos dé gracia para gobernar nuestros sentidos y vencer cualquier pasión rebelde. Amén.
  5. Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de Poderes que el Señor proteja nuestras almas de las trampas y tentaciones del diablo. Amén.
  6. Por intercesión de San Miguel y del Coro celestial de las Virtudes, que el Señor nos preserve del mal y de la tentación. Amén.
  7. Por la intercesión de San Miguel y el Coro celestial de Principados que Dios llene nuestras almas con un verdadero espíritu de obediencia. Amén.
  8. Por intercesión de San Miguel y del Coro celestial de Arcángeles, que el Señor nos dé perseverancia en la fe y en todas las buenas obras para que podamos alcanzar la gloria del Cielo. Amén.
  9. Por la intercesión de San Miguel y del Coro celestial de Ángeles que el Señor nos conceda ser protegidos por ellos en esta vida mortal y conducidos en la vida para venir al Cielo. Amén.

A continuación, se ha de decir un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes Ángeles principales: San Miguel, San Gabriel, San Rafael y nuestro Ángel de la Guarda.

Oración final:
Oh glorioso príncipe San Miguel, jefe y comandante de las huestes celestiales, guardián de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, siervo en la casa del Rey Divino y nuestro admirable director, tú que resplandeces con excelencia y virtud sobrehumana nos liberas de todo mal, que te diriges a ti con confianza y nos permites, con tu graciosa protección, servir a Dios cada día más fielmente.
Ruega por nosotros, Oh glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo, para que seamos dignos de Sus promesas.
Dios Todopoderoso y Eterno, Que, por un prodigio de bondad y un deseo misericordioso por la salvación de todos los hombres, ha nombrado al más glorioso Arcángel San Miguel Príncipe de Tu Iglesia, haznos dignos, te pedimos, de ser librados de todos nuestros enemigos, para que ninguno de ellos nos acose en la hora de la muerte, sino para que seamos conducidos por él a Tu Presencia. Esto lo pedimos por los méritos de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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