Tangible es un adjetivo utilizado para hacer referencia a todo lo que puede sentir con el tacto (u otro sentido), o que puede ser percibido con claridad.
Es decir, tangible es todo aquello material. Por ejemplo, los animales y los árboles de un bosque son tangibles. Su existencia está evidenciada a través de los sentidos, aunque particularmente en la definición de este concepto se hace especial énfasis en el tacto.
Igualmente, puede entenderse como tangible a todo aquello que puede ser notado con precisión, aunque no tenga un cuerpo. Nos podemos referir, por ejemplo, a un ingreso de dinero, el cual puede haberse registrado en la cuenta bancaria, es decir, no tiene (todavía) una forma física. Sin embargo, dicho aumento en el patrimonio de una persona ya es algo tangible.
Lo contrario a tangible es lo intangible, que es aquello que no puede tocarse ni percibirse con precisión. Por ejemplo, el valor que se le atribuye a una marca.
Una de las principales características de lo tangible es que pueden conocerse sus características físicas (peso, tamaño, altura). Esto, en comparación con lo intangible. Por ejemplo, puede calcularse el peso de una caja de zapatos, pero no existe una medida de la tristeza.
Usos del término tangible
En el ámbito económico y empresaria, tangible se puede usar en los siguientes contextos:
- Bien tangible: En general, es todo aquel que tenga forma física, es decir, puede ser percibido y ocupa un espacio. Este tipo de bien se caracteriza entonces por poder ser observado y poseer un cuerpo que es factible tocar. Asimismo, pueden clasificarse, según la posibilidad de ser movilizados, en bienes muebles, como una maquinaria, o inmuebles, como un terreno. Igualmente, pueden ser bienes cuantificables, como los libros, o no cuantificables, como el agua.
- Activo tangible: En contabilidad, se incluyen en la cuenta propiedades, planta y equipo. Para aquellos que tengan una vida útil estimada de más de un año, se deberá realizar el proceso de amortización para repartir el coste del activo entre todos los años de su vida útil, en lugar de asignar la totalidad del gasto al momento en que ha sido comprado