El término épico, del latín epĭcus, se refiere a aquello perteneciente o relativo a la epopeya o a la poesía heroica. Este género poético presenta hechos legendarios o ficticios que se desarrollan en un tiempo y espacio determinados.
Esto quiere decir que la épica puede basarse en hechos verídicos o inventados. Los poetas épicos alternan la narración (en tiempo pasado) y la descripción. Los textos pueden desarrollarse en prosa o verso largo, con el narrador presente o ausente.
Entre los muchos autores que han ejercido como escritores del género épico podríamos destacar, sin lugar a dudas, al griego Homero. Y es que el mismo está considerado como el padre de aquel en Occidente ya que fue el primero en crear trabajos enmarcados bajo dicha denominación.
De todas sus obras realizadas podríamos destacar dos que se han convertido en auténticos ejemplos de la épica y que han pasado a ser referentes dentro de la Literatura universal.
Una de ellas es «Ilíada», que se sustenta en la famosa Guerra de Troya. El poema más antiguo de la literatura occidental es este que está compuesto por más de 15.000 versos, que data del siglo VIII a.C y que nos cuenta, como hemos mencionado anteriormente, el transcurso del citado conflicto bélico que tuvo como punto de partida la fuga o secuestro de Helena de Esparta en el que jugó un papel fundamental el príncipe París de Troya.
La segunda obra importante de Homero dentro del género épico es «La Odisea», creada entre los siglos VIII y VII a.C. En ella se nos cuenta el regreso del héroe Odiseo a su tierra, a Ítaca.
El género épico suele presenta una extensión importante ya que incluye elementos de otros géneros (como el drama o la lírica). Por este motivo presenta divisiones en capítulos o similares.
Existen varios subgéneros dentro de la épica. Las epopeyas presentan las hazañas de un héroe arquetípico que representa los valores colectivos de una nación. El cantar de gesta (con menos elementos fantásticos que la epopeya), las sagas, las novelas picarescas, los libros de caballerías, el mito, el cuento tradicional, las baladas y las leyendas también pueden incluir elementos propios de la épica.
El héroe épico suele ser un personaje guerrero que logra superar todo tipo de obstáculos para alcanzar sus objetivos. Su caracterización lo convierte en un ser de gran fuerza física, inteligente y noble.
Las principales características de la poesía épica han trascendido el ámbito literario. En el lenguaje cotidiano, se conoce como épico a aquello que resulta de complicada resolución. Por ejemplo: «En un encuentro épico, el equipo argentino logró remontar tres goles de desventaja y terminó ganando el partido sobre la hora».
No obstante, no podemos olvidar tampoco la existencia de lo que se conoce como teatro épico. Bajo dicha denominación se encuentra aquella clase de teatro que, en todo momento, lo que persigue es que el espectador no sólo se venga a identificar claramente con las emociones que dan forma a la obra sino también que reflexione acerca de las distintas cuestiones que se plantean en la misma.