La gobernanza global se entiende como » the la forma en que se gestionan los asuntos globales. Como no existe un gobierno mundial, la gobernanza mundial suele implicar a una serie de agentes, incluidos los Estados, así como a organizaciones regionales e internacionales. Sin embargo, una sola organización puede tener nominalmente la función rectora en una cuestión, por ejemplo, la Organización Mundial del Comercio en los asuntos del comercio mundial. Por lo tanto, se considera que la gobernanza mundial es un proceso internacional de formación de consenso que genera directrices y acuerdos que afectan a los gobiernos nacionales y a las empresas internacionales. Ejemplos de este consenso incluirían las políticas de la OMS sobre cuestiones de salud » (OMS, 2015).
La gobernanza mundial, por lo tanto, ayuda a trabajar en la miríada de cuestiones dentro del sistema internacional.
Thakur & Weiss (2015) explica además que «No hay gobierno para el mundo. Sin embargo, en un día cualquiera, el correo se entrega a través de las fronteras; las personas viajan de un país a otro a través de una variedad de modos de transporte; los bienes y servicios se transportan por tierra, aire, mar y ciberespacio; y toda una gama de otras actividades transfronterizas se llevan a cabo con la expectativa razonable de seguridad para las personas, los grupos, las empresas y los gobiernos involucrados. Las interrupciones y amenazas son raras This Esto plantea inmediatamente un rompecabezas: ¿Cómo se gobierna el mundo, incluso en ausencia de un gobierno mundial, para producir normas, códigos de conducta e instrumentos de regulación, vigilancia y cumplimiento? ¿Cómo se asignan los valores cuasiautoritariamente al mundo, y se aceptan como tales, sin un gobierno que gobierne el mundo?
La respuesta lies está en la gobernanza global. Es la suma de leyes, normas, políticas e instituciones que definen, constituyen y median las relaciones entre los ciudadanos, las sociedades, los mercados y los Estados en el sistema internacional–los portadores y objetos del ejercicio del poder público internacional.»
Sin embargo, existen ciertas lagunas dentro del sistema, identificadas por la Organización Mundial de la Salud (2015), como:
- «La brecha jurisdiccional, entre la creciente necesidad de gobernanza global en muchas áreas, como la salud, y la falta de una autoridad con el poder, o jurisdicción, para tomar medidas.
- La brecha de incentivos, entre la necesidad de cooperación internacional y la motivación para emprenderla. Se dice que la brecha de incentivos se está reduciendo a medida que la mundialización da un impulso cada vez mayor a la cooperación de los países. Sin embargo, existe la preocupación de que, a medida que África se retrase más económicamente, disminuirá su influencia en los procesos de gobernanza mundial.
- La brecha de participación, que se refiere al hecho de que la cooperación internacional sigue siendo principalmente asunto de los gobiernos, dejando a los grupos de la sociedad civil al margen de la formulación de políticas. Por otra parte, la globalización de la comunicación está facilitando el desarrollo de movimientos mundiales de la sociedad civil.»
La gobernanza mundial, por lo tanto, tiene por objeto negociar respuestas a los problemas que afectan a más de un Estado o región. La gobernanza mundial puede considerarse la respuesta a los problemas que surgen de la creciente interconectividad del mundo, y la necesidad e importancia de un proceso para designar leyes, normas o reglamentos que rijan cuestiones políticas, económicas, sociales y culturales, y que se utilizarán a escala mundial.