Polonia es un país laico y la libertad de religión está garantizada constitucionalmente independientemente de la fe, siempre y cuando sus prácticas no dañen a los demás. A partir de 2017, se estima que la mayoría (85,9%) de la población se identifica como cristianos católicos.1 Otro 1,3% y un 0,4% se identifican como cristianos ortodoxos y protestantes, respectivamente.2 Se cree que aproximadamente el 0,4% de la población pertenece a religiones minoritarias (la más significativa es una pequeña población judía), mientras que el 12,1% de la población no especificó una religión.3 Muchos polacos (tanto religiosos como no religiosos) son anticlericales, oponiéndose a la influencia de las instituciones religiosas en la política.
El catolicismo en Polonia
La afiliación a la Iglesia Católica ha sido central en la historia y la identidad nacional de Polonia. El catolicismo prevaleció durante la turbulencia del siglo XX, ya que los principales rivales de Polonia eran los cristianos Ortodoxos (rusos) y los cristianos Protestantes (Alemanes). En medio de la invasión y la persecución, la mayoría de los polacos permanecieron leales a la Iglesia Católica y buscaron consuelo y santuario en ella. A pesar de los esfuerzos comunistas para promover el ateísmo en el período de la posguerra, la iglesia se convirtió en una institución crucial, ya que era capaz de presentar una voz independiente. Hoy en día, las opiniones de muchos católicos polacos sobre cuestiones éticas reflejan las de la Iglesia. Sin embargo, la población está cada vez más dividida por cuestiones ideológicas y religiosas, en particular el papel de la religión en la vida pública y privada.
Los polacos católicos a menudo marcan sus vidas con las marcas de tiempo de eventos católicos fundamentales: bautismo, primera comunión, confirmación, bodas y funerales. La gente es muy consciente de sus obligaciones morales y nobleza, y la práctica católica de la confesión es una forma bien reconocida de otorgar perdón a aquellos que tienen remordimiento. En un país con una historia profundamente turbulenta, esto ha sido una fuente de consuelo para muchos. Aproximadamente el 90% de los niños polacos aprenden a confesar en preparación para su primera comunión (2011 est.). Por lo tanto, la práctica se ha convertido en un establecimiento bastante familiar, incluso para aquellos que son más neutrales religiosamente en la vida posterior. Sigue siendo una fuente de consuelo a la que uno puede regresar, dando a la gente un «orden moral».
Otra costumbre común entre las familias polacas es el «dzielenie oplatkiem», que consiste en romper y compartir una fina oblea blanca. Esto suele ocurrir en Navidad. Se cree que la oblea representa el cuerpo de Cristo y está modelada a partir de la misma forma de pan de altar utilizado en la iglesia en la comunión.
1 La Agencia Central De Inteligencia, 2020
2 Agencia Central De Inteligencia, 2020
3 Agencia Central De Inteligencia, 2020