La acidemia glutárica tipo 1 (GA1) es un trastorno del metabolismo de ácidos orgánicos cerebrales resultante de mutaciones bialélicas de GCDH. Sin tratamiento, la GA1 causa degeneración estriatal en > 80% de los niños afectados antes de los dos años de edad. Analizamos los resultados clínicos, bioquímicos y de desarrollo de 168 pacientes con GA1 genotípicamente diversos tratados en un solo centro durante 31 años, aquí separados en tres cohortes de tratamiento: los niños de la Cohorte I (n = 60; DOB 2006-2019) se identificaron mediante exámenes de detección en recién nacidos (NBS) y se trataron de forma prospectiva utilizando un protocolo estandarizado que incluía una fórmula metabólica enriquecida con arginina y libre de lisina, l-carnitina enteral (100 mg/kg•día) e infusiones intravenosas de emergencia (IV) de dextrosa, solución salina y l-carnitina durante enfermedades; niños de la Cohorte II (n = 57; DOB 1989-2018) se identificaron por NBS y se trataron con restricción natural de proteínas (1,0–1,3 g/kg•día) e infusiones de emergencia IV; los niños de la Cohorte III (n = 51; DOB 1973-2016) no recibieron NBS ni dieta especial. La incidencia de degeneración estriatal en las cohortes I, II y III fue del 7%, 47% y 90%, respectivamente (p < .0001). No se produjeron lesiones neurológicas después de los 19 meses de edad. Entre los niños ilesos con seguimiento prospectivo desde el nacimiento (Cohorte I), las medidas de crecimiento, suficiencia nutricional, desarrollo motor y función cognitiva fueron normales. La adherencia a la fórmula metabólica y a la suplementación con l-carnitina en la Cohorte I disminuyó a 12% y 32%, respectivamente, a los 7 años de edad. El cese de la terapia dietética estricta alteró las concentraciones plasmáticas de aminoácidos y carnitina, pero no dio lugar a resultados adversos graves. En conclusión, el diagnóstico neonatal de GA1 junto con el manejo con fórmula metabólica enriquecida con arginina y libre de lisina e infusiones intravenosas de emergencia durante los primeros dos años de vida es seguro y efectivo, previniendo más del 90% de las lesiones estriadas y apoyando el crecimiento normal y el desarrollo psicomotor. La necesidad de intervenciones dietéticas y terapias intravenosas de emergencia más allá de la primera infancia es incierta.