El yoga es una práctica física y mental muy antigua que se ha ido expandiendo por todo el mundo debido a sus beneficios y a que garantiza un cuerpo firme, una mente estable y un espíritu benevolente.
Es un arte milenario que ha demostrado ampliamente que puede mejorar nuestra calidad de vida, no solo a nivel físico sino también a nivel mental y espiritual.
La psicología y el yoga
Se compone de posturas (asanas), relajación (savasana), meditación (dhyana), respiración (pranayama), kriyas (limpiezas), mudras (sellos energéticos), kirtan (cantos), mantra o rituales. Además de un ejercicio, para muchos, es una forma de vida que busca el bienestar, la paz interior e implica un estilo de vida que compromete a la observación de pautas éticas, principios de vida y una alimentación adecuada.
El yoga logra la integración del movimiento con la respiración hasta que éstas dejan de ser dos entidades separadas y se transforman en una sola. Su práctica se convierte en un agente de transformación sumamente potente que provoca cambios profundos en nuestra salud. De hecho, su uso es visto como una medicina preventiva o rehabilitadora porque estimula los procesos metabólicos y anabólicos y mejora la circulación de energía, oxigenando el cuerpo. Cuando hablamos del yoga, no solo podemos hacer referencia a los beneficios fisiológicos (por ejemplo, aumento de flexibilidad, la disminución de la rigidez muscular, etc.), sino que tenemos que mencionar las consecuencias positivas que produce en la mente, el bienestar emocional y el cerebro.
A continuación, desde Psicología y Mente, os presentamos los seis beneficios psicológicos de practicar yoga.
Reduce el estrés
El estilo de vida de las sociedades occidentales puede llevar a muchas personas a padecer estrés, causando problemas de salud psicológica como depresión, ansiedad, etc. Un estudio de Thirthalli y Naveen (2013) demuestra que el tratamiento con yoga reduce los niveles de cortisol, una hormona que se libera en respuesta al estrés.
El cortisol es necesario para el cuerpo ya que regula y moviliza la energía en situaciones estresantes, pero si tenemos demasiado o aumenta en situaciones que no lo necesitamos, produce muchos efectos secundarios. Practicando yoga podemos bajar los niveles de esta hormona, y por tanto, reducir el estrés.
Mejora el sueño
La serotonina (5-HT) es un neurotransmisor que deriva de un aminoácido llamado triptófano. Envía mensajes dentro del cerebro y a través del sistema nervioso, y participa en muchos procesos como el de regular el humor o el apetito. Además, una de sus labores principales es aumentar la producción de melatonina, una hormona que regula los ciclos del sueño.
Para conseguir un descanso apacible, asimismo, la serotonina interviene en el control del estrés y la temperatura corporal. «La práctica del yoga aumenta los niveles de serotonina por lo que ayuda a dormir mejor» explica el Dr. Murali Doraiswam, autor de un estudio de la Universidad de Duke en el que se incluyó la revisión de más de 100 trabajos de investigación sobre el yoga.
Mejora el humor
Como hemos comentado en el punto anterior, la serotonina (5-HT) también regula el humor. Niveles bajos de 5-HT se asocian a conductas depresivas y obsesivas. Una investigación de Cabral, Meyer y Ames (2011) encontró que la práctica regular de yoga, produce mejoras significativas en pacientes con depresión y ansiedad de manera similar al ejercicio físico, debido al aumento de serotonina.
Otro neurotransmisor que parece influir en este aspecto es el GABA. Un estudio reciente de Universidad de Boston y la Universidad de Utah ha demostrado que también se produce un incremento de este neurotransmisor en los practicantes de yoga.
Alarga la vida y previene las enfermedades degenerativas
Investigadores estadounidenses de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y el Hospital General de Massachusetts han demostrado, tras un estudio, que el yoga y la meditación aumentan el tamaño de los telómeros, unas estructuras que se localizan en los extremos de los cromosomas y que se relacionan directamente con el envejecimiento, el desarrollo de ciertas patologías e incluso con una muerte prematura.
El estudio concluye que parece existir una correlación positiva entre telómeros sanos y de gran tamaño, y el incremento de longevidad, la prevención de enfermedades degenerativas y la salud de las personas. Hacer yoga solamente 15 minutos al día es suficiente para producir cambios bioquímicos en el cerebro y las neuronas.
Mejora la concentración
Los practicantes de yoga mejoran la concentración, coordinación, tiempo de reacción, memoria, el aprendizaje y muestran una mayor habilidad para resolver problemas según un estudio de Neha Gothe, profesora de la Universidad Estatal Wayne en Detroit. Según su investigación, publicada en The Journal of Physical Activity and Health, 20 minutos de yoga al día son más beneficiosos a nivel cognitivo que una sesión de actividad física intensa.
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Mejora la relación de pareja y las relaciones sexuales
Según Pete McCall, fisiólogo del ejercicio y entrenador personal para el Consejo Americano de Ejercicio: «El yoga puede resultar en un mejor sexo porque ayudará a tu flexibilidad y fortalecerá los músculos de la pelvis». Un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine sugiere que el yoga puede tratar la eyaculación precoz y mejorar la satisfacción sexual.
Además, como menciona otra investigación de la Universidad British Columbia, la reducción del estrés gracias a la práctica de yoga, aumenta la libido y la vitalidad sexual. Por tanto, al mejorar la vida sexual de diferentes maneras, es posible que la relación de pareja también se vea beneficiada.