La danza es más que la exploración de diferentes formas de hacer una forma o aprender una serie de pasos hacia la música; es una forma de movimiento que utiliza el cuerpo como instrumento de expresión y comunicación. A través de la danza, los estudiantes aprenden el trabajo en equipo, el enfoque y las habilidades de improvisación. La danza despierta nuevas percepciones en los niños que les ayudan a aprender y pensar de nuevas maneras.
Los niños necesitan expresar y comunicar sus ideas y tener la oportunidad de tomar decisiones creativas, incluso a una edad temprana. Esta toma de decisiones promueve la autoestima y el pensamiento independiente para los niños. Aprender el movimiento de los demás ayuda a expandir el vocabulario de movimiento del niño, mientras que crear el propio movimiento pondrá al niño en un papel de enseñanza y le dará la oportunidad de que su voz sea escuchada. Dar a los estudiantes la libertad de tomar decisiones dentro de una estructura los alienta a ir más allá de lo que les resulta fácil y usar su imaginación, lo que les permite probar sus propios límites personales.
La danza también permite a los estudiantes comprenderse mejor a sí mismos y al mundo en el que viven. A través de las artes, los maestros a menudo pueden enseñar a los niños a reconocer la contribución de todas las culturas al tejido de nuestra sociedad y aumentar la comprensión de la diversidad y los valores de todas las personas. La danza se presta bien a esta tarea a través del aprendizaje de danzas tradicionales y la creación de otras nuevas basadas en las ideas de los niños. La danza también mejora las habilidades de percepción, observación y concentración, lo que sin duda ayudará a los estudiantes en todas sus materias escolares.