A pesar de que las tragedias habían sido escritas en inglés antes de Shakespeare, fue Shakespeare quien le dio sus características distintivas y lo elevó a picos de excelencia. La tragedia de Shakespeare representa la operación de la falla trágica en el personaje del héroe. Aunque el azar, el destino y lo sobrenatural también juegan su papel en la caída del héroe, la tragedia de Shakespeare es esencialmente la tragedia del personaje. Un «defecto trágico» es un término literario que se refiere a un rasgo de personalidad del protagonista que conduce a su caída debido al defecto personal del carácter. La palabra «defecto trágico» está tomada del concepto griego de Hamartia utilizado por el filósofo griego Aristóteles en su Poética. La falla fatal del trágico héroe de Shakespeare, Hamlet, es que no actuó de inmediato para matar a Claudio, su tío y asesino de su padre. Su trágico defecto es la ‘dilación’. Su continua conciencia y duda lo retrasa en la realización de lo necesario. Hamlet finalmente mata a Claudio, pero solo después de darse cuenta de que está envenenado. Su dilación, su trágico defecto, lo lleva a su perdición junto con la de los otros personajes a los que apunta. Pero Hamlet no es responsable de los acontecimientos que complican la trama. El destino, el azar y lo sobrenatural también juegan un papel crítico en Hamlet. Un defecto similar destruye Ravana del Ramayana. Ravana era una encarnación de piedad e incomparable devoción al Señor Shiva, pero su única debilidad de lujuria por Sita causó su trágico final.