Un diagnóstico de cáncer puede consumir todas las áreas de la vida de un paciente, especialmente su estado mental. Implementar el autocuidado y la relajación en sus rutinas mientras mantienen un horario ocupado de tratamiento y los requisitos de sus propias vidas es increíblemente importante para quienes viven con cáncer. El yoga,una antigua práctica que se originó en la India, conecta la mente y el cuerpo a través de la respiración, el movimiento y la meditación, y ha asolado a los Estados Unidos y al resto del mundo. Los pacientes con cáncer que practican yoga regularmente encuentran que su calidad de vida y las complicaciones de sus estados emocionales y físicos han mejorado drásticamente.El yoga tiene la capacidad de reducir el estrés psicológico causado por el diagnóstico, así como de ayudar a controlar los síntomas físicos y los efectos secundarios del tratamiento.
Impacto psicológico y emocional
Las personas a menudo informan de un aumento de la ansiedad y la depresión después de recibir un diagnóstico de cáncer. Algunos síntomas incluyen dificultad para dormir, fatiga, incapacidad para concentrarse y patrones de pensamiento negativos aumentados. Se ha demostrado que el yoga reduce la angustia psicológica, incluidos los síntomas de ansiedad y depresión.1 Puede ser un desafío para los pacientes con cáncer evitar que sus mentes vaguen, se detengan en el pasado o se preocupen por el futuro. La meditación y los ejercicios de respiración profunda les permiten clarificar su mente y concentrarse en su respiración, lo que los apoya y los ayuda a concentrarse en el presente. El yoga crea un sentido de autorregulación y conciencia, lo que facilita al paciente hacer frente a situaciones estresantes.2 Estas habilidades son increíblemente útiles para manejar los muchos factores estresantes que acompañan un diagnóstico de cáncer. El yoga también puede facilitar una experiencia espiritual y la paz interior, que se puede perder cuando se diagnostica inicialmente. Un cliente de CancerCare que participó en un programa semanal de yoga para adultos jóvenes estuvo de acuerdo. «Me gusta venir a la colchoneta porque soy capaz de concentrarme únicamente en mí y en mi cuerpo», dijo el cliente. «Sintonizo el trabajo externo, las citas con el médico y el cáncer.»
Si se hace en un estudio, el yoga puede fomentar un sentido de comunidad y camaradería, disminuyendo los sentimientos de aislamiento que pueden ser causados por un diagnóstico de cáncer. El yoga y la meditación no solo son útiles durante el tratamiento. La atención plena que se logra mientras se practica yoga lleva a la supervivencia del postratamiento. Puede ayudar a limitar la ansiedad causada por largos intervalos entre visitas al médico, el miedo a la recurrencia y las incertidumbres de las exploraciones posteriores.
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Control de los efectos secundarios físicos
El yoga se ha utilizado para controlar muchos de los efectos secundarios que resultan del tratamiento del cáncer, incluida la quimioterapia,la radiación y la cirugía. Una variedad de estiramientos y movimientos diferentes, que deben adaptarse para satisfacer las necesidades específicas del paciente, pueden reducir el dolor y la rigidez. Las posturas dirigidas al abdomen pueden controlar la pérdida de apetito y las náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia.1 El manejo de estos síntomas puede mejorar la capacidad del paciente para dormir, mejorando así su funcionalidad y su calidad de vida. En 2006, se realizó un estudio sobre yoga en el Centro Oncológico Anderson de la Universidad de Texas, formado por 61 mujeres que recibían 6 semanas de tratamiento de radiación para el cáncer de mama. La mitad de las mujeres participaban en yoga dos veces por semana, mientras que el resto de las mujeres no participaban en yoga en absoluto. Las mujeres que participaron en yogareconformaron tener más energía, menos somnolencia, mejor funcionamiento físico y mejor calidad de vida en general.3 El yoga puede ayudar a los pacientes a construir una relación positiva con sus cuerpos después de un tiempo de incomodidad,desconexión y lo que podría haberse sentido como una traición a sistemas que antes parecían funcionar normalmente.