1. ¿Qué quiere decir Epicuro al decir que el placer es nuestro «bien nativo primario»?
Cuando Epicuro escribe que el placer es nuestro «bien nativo primario», está implicando que lo que es placentero también es, en última instancia, algo bueno. Epicuro se refiere al placer como un estado de bienestar y no como un estado temporal de excitación y estímulo sensual. En otras palabras, vivir en un estado mental tranquilo que está desprovisto de dolor y miedo. Epicuro usa nuestro mecanismo de elección / aversión para ilustrar su doctrina. Cuando un epicúreo elige un curso de acción particular sobre otras alternativas, la acción elegida es casi siempre placentera; no porque nos dé felicidad inmediata, sino porque crea las condiciones para una paz duradera y una armonía interior. Por lo tanto, el placer ofrecido por la elección no es inherente a la acción per se, sino en el esquema general de las cosas y en el sentido de bienestar emocional y físico en el sentido amplio de la palabra. Epicuro también creía que es intrínseco en nosotros vivir una buena vida, una vida justa, equilibrada y tranquila. Este esfuerzo por lograr la buena vida es el motor principal detrás de las acciones humanas y el factor guía en esta búsqueda es el factor de placer.
2. ¿Cree Epicuro que es bueno para nosotros buscar todos los placeres? ¿Qué razones da para su punto de vista?
Epicuro no cree que todo placer sea bueno para nosotros. En su carta a Menoeceo, califica las siguientes experiencias aparentemente placenteras como no verdadero placer: alegría frívola, excitación corporal o deleitarse con la buena comida. Estos placeres son agradables mientras duran, pero en términos de su efecto sobre un análisis longitudinal, hacen más daño que bien. Epicuro da el ejemplo del pan de cebada y el agua. Esta oferta de alimentos aparentemente modesta tiene en sí el potencial no solo de aliviar a una persona del hambre, sino también de darle satisfacción. Para experimentar este placer, el individuo tendrá que condicionarse primero a sí mismo y esto se hace al no darse el lujo de festejar y ganar en exceso. Cuando alguien es mimado con excesos sensuales, perderá la capacidad de experimentar placeres más modestos. Pero son los placeres modestos los que debemos aprovechar a largo plazo y, por lo tanto, es prudente condicionarnos para experimentar esto. Y la mejor manera de condicionarnos es moderando nuestras experiencias sensuales. Epicuro también se refiere a otros ejemplos similares, como el libertinaje sin escrúpulos en forma de relaciones sexuales indiscriminadas, numerosas fiestas para beber y el consumo de cocina exótica; todo lo cual, en última instancia, conducirá a situaciones dolorosas en el futuro en forma de privación, anhelo y aburrimiento. Por lo tanto, es importante entender correctamente lo que Epicuro significa por «placer» y un epicúreo no buscará todo tipo de placer.
3. ¿Cree Epicuro que es posible llevar una vida virtuosa pero desagradable?
La doctrina de Epicuro no diferencia entre lo que es virtuoso y lo que es un camino hacia el placer. Por el contrario, cualquier acción nuestra que se base en un esfuerzo por el placer es innegablemente virtuosa. Según Epicuro, «Es imposible vivir una vida agradable sin vivir también con sensatez, nobleza y justicia y, a la inversa, es imposible vivir con sensatez, nobleza y justicia sin vivir agradablemente». De ahí que el autor equipare esas preciadas virtudes de sensibilidad, nobleza y justicia con el concepto de placer. Esta afirmación se puede extender para significar que solo lo que es sensible trae mayor placer; solo lo que es justo lo que está informado por un sentido de placer; solo lo que es noble lo que se basa en nuestro bien instintivo primario. Para apoyar esta doctrina, Epicuro plantea al lector algunas preguntas retóricas de la orden: «¿Puedes pensar en alguien más moral que la persona que tiene creencias devotas sobre los dioses, que constantemente no teme a la muerte y que ha reflexionado sobre el fin natural del hombre?», sucesivamente.
4. ¿Estoy de acuerdo con él?
Las doctrinas centrales del sistema filosófico Epicúreo se basan en universalidades humanas y observaciones del comportamiento humano común que es difícil estar en desacuerdo con cualquiera de ellas. Es probable que nos beneficiemos si abrazáramos las doctrinas epicúreas como pautas para conducir nuestras propias vidas. De alguna manera, el pensamiento epicúreo tiene semblanzas con la filosofía y el ascetismo indios. Pero el ascetismo no habla de placer y en eso es marcadamente distinto del epicureismo que se puede aplicar en el contexto de la vida cotidiana. En el otro extremo, es un error equiparar el epicureanismo con el hedonismo, ya que este último es propenso a conducir a placeres basados en perversiones mentales. Por lo tanto, tengo la convicción personal de que una forma de vida epicúrea, habiendo basado sus doctrinas en principios de prudencia y moderación, será una vida virtuosa.